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EN AUSCHWITZ NO HABIA PROZAC

MARAVILLOSAS Y REVELADORAS FRASES DE EDITH EGER


Para quien no la conozca la Dra. Eger de 92 años de edad, es una superviviente del campo de concentración de Auschwitz. Consiguió tener el titulo y doctorado de psicología siendo alumna entre otros de Viktor Frankl. Es experta en trauma y a día de hoy continúa trabajando.

Las siguientes frases están extraídas de su segundo libro " The Gift: 12 Lessons to Save Your Life" En español traducido con el titulo que encabeza este post.

Anteriormente escribió "La bailarina de Auschwitz" donde describe su experiencia y su practica clínica mostrando casos donde pudo hacer uso de sus vivencias para comprender y ayudar a sus pacientes. Asimismo describe su proceso de negación de su propio trauma y su curación.




 

1. Cuando cambias tu vida, no es para convertirte en el nuevo tú. Es para convertirte en el verdadero tú, el diamante único que no volverá a existir jamás y que no se podrá reemplazar. Todo lo que te ha pasado, todas las decisiones que has tomado hasta ahora, todas las formas en que has intentado lidiar con las cosas..., todo importa y todo es útil. No hace falta que hagas borrón y cuenta nueva. Sea lo que sea lo que hayas hecho, te ha llevado hasta aquí, hasta este momento.


2.Las personas que son víctimas se preguntan «¿Por qué a mí?»; las que son supervivientes se preguntan «¿Y ahora qué?».


3.Cuando preguntamos por qué, nos quedamos atascados buscando alguien o algo al que culpar, incluidos nosotros mismos


4.Afronta lo que sea que te esté pasando con una actitud gentil. No significa que tenga que gustarte lo que sucede. Pero cuando dejas de pelear y resistirte, tienes más energía e imaginación para plantearte «¿Y ahora qué?». Para seguir adelante, en vez de quedarte inmóvil. Para descubrir lo que quieres y necesitas ahora mismo y a dónde quieres ir a partir de ahí.


5.A veces solo hace falta una frase para señalar el camino para escapar del victimismo: ¿me conviene? ¿Me conviene acostarme con un hombre casado? ¿Me conviene comer un trozo de tarta de chocolate? ¿Me conviene darle un puñetazo a mi marido en el pecho porque me ha engañado? ¿Me conviene salir a bailar? ¿Ayudar a una amiga o a un amigo? ¿Me quita fuerzas o me las da?


6.El victimismo es un escudo tentador porque sugiere que, si eludimos cualquier culpa, nos dolerá menos.


Claves para liberarte del victimismo Eso fue entonces, estamos en el presente. Piensa un segundo en la niñez o la adolescencia, cuando te sentiste herido por las acciones de otra persona, fueran estas graves o nimias. Intenta pensar en un momento específico, no en una impresión generalizada de esa relación o de ese periodo. Imagina el momento como si lo estuvieras viviendo de nuevo. Presta atención a los detalles sensoriales: imágenes, sonidos, olores, sabores, sensaciones físicas. Luego concíbete a ti mismo como eres ahora. Imagínate entrar en ese momento del pasado y cogerte de la mano a ti mismo. Aléjate del lugar en el que te hirieron, lejos del pasado. Dite a ti mismo lo siguiente: «Estoy aquí. Voy a cuidar de ti»


7.Lo contrario de la depresión es la expresión. Lo que sacas no te puede afligir; lo que te guardas para ti, sí.

Pero no intentes animarte cuando estés triste. No te va a ayudar. Solo te vas a sentir culpable y pensarás que tienes que sentirte mejor que como te sientes realmente

La gente que nos quiere nos desea lo mejor. No quieren vernos sufrir. Y es muy tentador mostrarles la versión de nosotros mismos que se desviven por ver. Pero, cuando negamos o minimizamos lo que estamos sintiendo, nos sale el tiro por la culata.


8.Uno de nuestros primeros miedos concierne al abandono. Pronto aprendemos a ganarnos las tres aes: atención, afecto y aprobación. Descubrimos lo que hay que hacer y en quién debemos convertirnos para satisfacer nuestras necesidades. El problema no es que hagamos estas cosas, sino que sigamos haciéndolas. Mentalmente, creemos que tenemos que hacerlo para que nos amen.


9.Nuestra infancia termina cuando empezamos a vivir según la imagen que otra persona tiene de nosotros.

Muchas veces nos encasillamos por culpa de las expectativas y de la sensación de que tenemos que desempeñar un papel o una función específicos.

  • En lugar de limitarnos a un papel o una versión de nosotros mismos, es positivo reconocer que cada uno tiene una familia entera dentro.

  • Está la parte del niño, la que lo quiere todo ahora, deprisa y sin complicaciones.

  • Está la parte infantil, el espíritu libre y curioso que tiende a guiarse por los caprichos, los instintos y los deseos sin criterio, miedo o vergüenza.

  • Está el adolescente, al que le gusta flirtear, arriesgarse y poner a prueba los límites.

  • Está el adulto racional que medita las cosas, hace planes, se marca objetivos y encuentra el modo de conseguirlos.

  • Y están los dos padres: el que te cuida y el que te da miedo. Uno es tierno, cariñoso y enriquecedor, mientras que el otro llega alzando la voz y sacudiendo el dedo, diciendo: «Deberías, has de, tienes que...».

Necesitamos a nuestra familia interior entera para estar completos. Y cuando somos libres, la familia trabaja en equilibrio, como un equipo; todo el mundo es bienvenido, nadie está ausente, ni es silenciado ni dirige el cotarro.


10.Prueba el ejercicio de las Constantes Vitales : arias veces al día, haz un esfuerzo consciente por analizar el estado de tu cuerpo y tómate la temperatura emocional. Pregúntate: «¿Siento suavidad y calidez, o siento frío y agarrotamiento?».


11.La culpa y la vergüenza pueden ser extenuantes, pero no reflejan de verdad quiénes somos. Son una mentalidad que escogemos y en la que encallamos.


12.El rechazo solo es una palabra que inventamos para expresar lo que sentimos cuando no conseguimos lo que queremos

13.Superar el dolor implica dos cosas: eximirnos de la responsabilidad por todas las cosas que no dependen de nosotros y asumir las decisiones que hemos tomado y que no se pueden deshacer.


14.Cuando somos agresivos, decidimos por otros.

Cuando somos pasivos, dejamos que otros decidan por nosotros.

Y cuando somos pasivo-agresivos, impedimos a otros decidir por sí mismos.

Si eres asertivo, hablas con declaraciones


15.Si tienes algo que demostrar, sigues siendo un prisionero

16.El amor no es lo que sientes, sino lo que haces.


17.Cuando decimos «No puedo», lo que estamos diciendo realmente es:

«No lo haré. No lo aceptaré. No me lo creeré. No huiré del miedo.»


18.Podemos dejar de añadirnos peso y presión a nosotros mismos diciéndonos que algo es necesario para sobrevivir cuando no lo es. Y podemos dejar de ver nuestras elecciones como obligaciones.


19.Si uno se pregunta cómo se puede tener esperanza ante la cruda realidad, está confundiendo la esperanza con el idealismo. El idealismo es esperar que todo en esta vida sea justo, bueno o fácil. Es un mecanismo de defensa, como la negación o el autoengaño.


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